miércoles, 29 de enero de 2014

Emmanuelle

Buenos días, Emmanuelle ¿Cómo estamos hoy? 
...
Buenos noches, Emmanuelle ¿Cómo te encuentras? 
...
Buenas tarde, Emmanuelle ¿has almorzado ya? 
...

Emmanuelle. 


La musa de mis versos está perdida, navegando sin mi aquiescencia en los canales truncos de su mente y a la deriva. Las piedras del río traen reminiscencias vagas de risas contagiosas o noches de infiernos helados, o quizá, también, sabores salados de caricias mustias. Observa la imagen fuera de casa, atravesando la prisión de su alma, difuminando el ventanal con su mirada ¿anhelante? Quizá.

Sus ojos se han vuelto fríos. Sus manos son caricias de muerte. Sus labios una aspa censurando sentimientos. Un recipiente vacío en el lugar del corazón. Una melodía sin letra en su boca. Un dibujo soleado borrado en la nevera en su cabeza. Un poema gris y oscuro es su amor. Se ha vuelto una rosa marchita ante mis ojos.

Ella es Emmanuelle, mi Emmanuelle. Mi dulce, dulce  Emmanuelle.

2 comentarios:

  1. Uhmmm, ¿y esto? No lo has publicado, Dulzona, en FJe. No está mal; tan poético como es usted. Por cierto, comenté allí un texto tuyo.
    Un saludete de Samuel.

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  2. No, no lo he publicando en Fje, al menos no en la biblioteca, pero sí pulula por el grupo de Fuego. Ya sabes, esos temas a los que no sueles entrar XD. ¿Qué texto? O.o
    Un beso ;)

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