sábado, 4 de mayo de 2013

«La hora del té»






Ella está allí
y a la vez no está.
Ella está allí,
preparando la cena
e hirviendo el agua para el té. 



Camina buscando a alguien,
buscando un poco de ruido. 
Buscando algo que no encuentra, 
que ya no tiene, 
que anhela. 



Su mirada es triste,
perdida,
desorientada; 
pero sonríe sin dientes a la ventana. 
Observa la gente tras los asquerosos cristales
que sin cortinas la resguardan.
Gente que ríe, 
goza, 
conversa, 
camina, 
se abraza. 



Y desea,
y sueña,
y cocina. 
Creo que comió pasta,
tomó té
soledad; 
también soledad.


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